Hay Rios en mi mente, rios de palabras hacia el todo.

Poemas, novelas, cuentos cortos, es lo que escuentro en la piel de los dias.

No es en vano

Estamos en un mundo cada vez más y más cambiante, nos urge entonces ponernos al tanto de ese cambio. La globalización ha hecho que las distancias para la comunicación sean despreciables, convirtiendo al mundo en una aldea global; la ciencia desafía la naturaleza y aunque hoy nos sumimos en guerra, desigualdad y desculturalización, es aún válido conservar la esperanza.


Mientras la economía, la tecnología y la ciencia avanzan, la demanda de seres humanos competentes en el campo ético y laboral capaces de confrontar la deshumanización causada por los mismos avances se eleva. No nos quedamos atrás. Es por eso que reconocemos en el estudio de una segunda lengua la oportunidad de influir en el mundo, de mejorar la calidad de vida de nuestras regiones y de nuestras gentes.


No es trivial el estudio de una segunda lengua puesto que si nos interesamos en otras culturas, los ojos se nos abrirán para admirar y preservar la nuestra. No en vano estamos en este camino, ya que como maestros nuestras ambiciones se extienden (lo doy por supuesto), comprendiendo límites muy lejanos que abarcan no sólo lo obvio, la economía, sino también el amor por una profesión, el deseo de cambio y la satisfacción de poder impulsar en el otro el desarrollo de un humanidad digna de su nombre.


El estudiante de lenguas extranjeras pone sus miras quizá en el extranjero: viajar, olvidarse de su terruño. No sé si exagero al decirlo, pero creo que como Licenciados en Lenguas Extranjeras, además de este no menos emocionante objetivo, el verdadero consiste en retornar a nuestra tierra lo que de ella hemos obtenido, nuestra vida; el verdadero objetivo consiste en formar una idea correcta de progreso en nuestros pueblos, hacer que a partir de su propia cultura se extienda un profundo interés por el mundo, por la tecnología, pero esencialmente por lo humano.


Seamos conscientes de que cada día surge un nuevo paradigma: la tecnología nos sorprende y el mundo se destroza. Estoy convencido de que vale mucho más y genera mucha más satisfacción el desfallecer en la lucha por un mundo mejor, que el perecer en la espera de que otros lo hagan.

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